No solo nuestro
intestino que está lleno de microorganismos, la boca también está repleta de
ellos. En principio no son malignos para nosotros, pero pueden llegar a ser perjudiciales
debido a otros factores como el tabaco, el azúcar, etc. De forma que los investigadores han pensado que aportando bacterias
beneficiosas, es decir, probióticos a la boca, estas pueden inclinar el
equilibrio entre bacterias perjudiciales y beneficiosas a que predominan las
beneficiosas/buenas. Haz clic aquí para seguir leyendo.
Imágen: Nenochka

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